Las faltas de ortografía son mi lucha continua. Aunque no os lo creáis, la mayoría de las que cometo son por escribir demasiado rápido con el teclado y no por desconocer las reglas. Es decir, no me fijo o no repaso lo que he escrito (vaya, esto me suena a excusa de mi alumnado)
Afortunadamente, este problema tiene muchas soluciones en la era informática gracias a los correctores automáticos que existen, como por ejemplo los integrados en los navegadores o los que nos ofrece uno de los plasmoides de KDE: el comprobador ortográfico.
Se trata de un simple plasmoide que inicialmente tiene forma de botón, como vemos en la imagen inferior.
Al pulsar sobre él aparece un cuadro de texto donde podemos escribir y, como en la mayoría de los correctores, nos irá mostrando las palabras incorrectas con una línea ondulado roja.
Al pulsar el icono de cerrar, se minimizará el cuadro.
Las opciones son sencillas:
- Cambiar de idioma
- Copiar el texto
- Abrir el cuadro de diálogo de la corrección. De esta forma podemos ir personalizando el corrector.